OBJETIVO



A pesar de la movilización y el despertar de muchas conciencias que supuso el movimiento 15-M, desgraciadamente poco o nada ha cambiado en estos últimos años.

Existe la sensación generalizada de que los políticos no utilizan el poder para velar por el bienestar del conjunto de la sociedad sino para imponer sus intereses particulares. Tenemos sobre la mesa múltiples casos de corrupción que salpican a casi todos los partidos y que alcanzan una dimensión aún más grave en un contexto de crisis severa que empobrece y recorta derechos a buena parte de la población. La política es vista cada vez más como un mecanismo de dominio de determinados grupos de poder y no como un eje de progreso social democrático.


¿Se puede organizar una mayoría social que consiga dar un vuelco en el panorama político de nuestro país?