El diablo viste de placa
El divorcio y la pérdida del miedo hacia la “autoridad” es fruto, según algunos medios afines a la derecha española, de los continuos altercados que grupos antisistema organizados (algunos formados por abuelos y abuelas de mas de 80 años) protagonizan cada semana en las principales ciudades de España. Personalmente, solo puedo decir que hace años que me considero un antisistema, pues supongo que es el único calificativo que me queda a la hora de buscar definiciones a: “ciudadano harto de observar como el país donde vive se hunde en la mierda día a día, debido a la mala gestión de unos energúmenos incompetentes que bajo la bandera de sus partidos (gobierno y oposición) venden continuamente su alma y su país a un diablo político global, obligando al que suscribe, a buscarse la vida en el extranjero, donde en ocasiones se siente mas querido o valorado”. Por tal motivo, no creo que sea cierto que el divorcio entre la sociedad y la autoridad se deba a la actitud de unos, sino a la respuesta y la actitud de los otros.
Ahora mas que nunca, la placa hay que defenderla y no esconderla, sea como sea. Como demócratas tenemos que ser capaces de reconocer que por mucho que la sociedad sufra, no se puede tolerar que nadie le levante la voz a un señor o señora policía. Preguntémonos no obstante porque se pierden las formas…Las formas no se pierden por casualidad o porque cuatro desgraciados rompan cristales y tiren botellas, las formas también se pierden cuando la autoridad no muestra ni el mas mínimo ápice de lógica y comprensión para con quienes les pagan el sueldo.
Por supuesto, generalizar no ayuda a tener una visión objetiva y ordenada de la situación. Reconozco y conozco que la labor de muchos agentes que se juegan la vida en rescates en alta montaña, son policías que practican el himalayismo y que han regresado con congelaciones, gente preparada, valiente que prestan un gran servicio cuando visten su uniforme, pero también conozco a muchos que no honran en absoluto la placa que les autoriza.
Una parte de la sociedad se pregunta (lícitamente) algo muy sencillo: ¿Puede la policía convertirse en el brazo ejecutor de un sistema corrupto sin plantearse realmente lo que están haciendo?, ¿serán capaces de jugarse el sueldo y el puesto desobedeciendo a sus superiores si las órdenes perjudican a inocentes y a desamparados?, ¿son conscientes algunos policías de su error al enfrentarse a la población en lugar de intentar entender la situación desde una óptica mucho mas constructiva?. Son preguntas hoy en día sin respuesta. Como periodista puedo asegurar que en mas de una ocasión me he sentido agredido, insultado, amenazado por agentes de la ley durante el desarrollo de mi labor profesional. Evidentemente y por fortuna, también me he encontrado con agentes que me han ayudado a trabajar, incluso me han parado el tráfico o me han dejado pasar por calles cortadas.
El problema llega cuando a nivel bastante generalizado, y gracias a internet y a las fotos y grabaciones de muchos compañeros de profesión, observamos como la policía reconoce que está harta de aguantar.
¿Aguantar que y a quien?. No diré lo mas fácil: por algo les pagan, sino que diré algo mas constructivo: ¿somos los seres humanos incapaces de discernir entre el bien y el mal en una calle llena de ancianos y niños?.
En Catalunya creo que tenemos un grave problema con los Mossos y dicho problema cuenta con un añadido, y es la imposibilidad de poder acusar o denunciar a dichos agentes, pues tanto sus mandos como los propios agentes se encargan de que sus identificaciones permanezcan ocultas, algo ilegal, pero que se consiente en toda España, incluso con la autorización pública de políticos de alto nivel. ¿Como quieren que la gente cumple la ley cuando ellos son los primeros en saltársela con el apoyo de sus mandos?. No puedo acusar a alguien que se niega a identificarse y que va enmascarado. Puedo jurar ante un juez que lo que digo y he visto es la verdad, pero no puedo reconocer a Bruce Wayne si va disfrazado de Batman.
Vuelvo a incidir en un tema: jamás justificaré la violencia, nunca. Respeto a la autoridad siempre que ella me respete a mi, y cada día me siento menos respetado. Personalmente, y mis amigos policías lo saben, jamás apoyaré a quien agrede o intenta herir a un policía, para mi es un crimen, pero tampoco podré justificar ni respetar a quien persigue y golpea (o identifica) injustificadamente a ciudadanos inocentes, si, inocentes, porque los que destrozan protestas son cuatro, no miles. Es mas, circulan manuales para reventar manifestaciones desde dentro, y mas de un mando de los mossos ha llegado a opinar que Gandhi hoy en día recibiría una somanta de palos.
Creo que se ha llegado a un punto en el que gracias a los miles de videos y fotografías disponibles en las redes sociales, la sociedad es consciente de la agresividad, la falta de tacto y la violencia injustificada que muestran algunos agentes, no solo física, sino también verbal. Sin tener las pruebas necesarias, pues se negaron a identificarse amenazándome y gritándome, puedo ofrecer como testimonio personal a quien me lo solicite, tres ejemplos de mala praxis fuera de una manifestación o protesta, que he vivido en persona. Algunos incluso acompañados de mi familia, con el consiguiente mal ejemplo para jóvenes y mayores.
Y yo me pregunto ¿quién da la orden de actuar, en ocasiones con tan mala praxis y que persiguen con ello realmente?, ¿su cometido es asustar a la población entrando en estaciones, el metro, restaurantes etc…?, ¿pueden entrar en propiedades privadas sin una orden del juez?, ¿buscan desde el gobierno crear un clima anti-protesta en el que el ciudadano no pueda expresarse libremente bajo miedo de una denuncia o de pasar varias noches en una celda sin saber ni siquiera de que se le acusa?. Cada vez son mas los españoles indignados que protestan con traje y corbata, la estupidez de llamar perroflautas a quienes alzan la voz, ha quedado muy atrás.
Me gustaría que la policía logre recuperar el afecto y el cariño de la población. Muchos agentes se lo merecen, pero otros tienen el deber de reflexionar, de pensar que detrás de su placa y su pistola no está John McClaine, sino una persona que deber ser cercana. Muchos tienen que tener muy claro que las pelotas de goma pueden matar, o dejarte invidente.
Muchos tienen que entender que por el hecho de ser doblemente indultados no dejan de ser un mal ejemplo si no piden perdón públicamente. Muchos tiene que entender que no pueden circular con motos de Trial por parques y plazas el domingo de Ramos, pasando con sus motos a menos de un metro de los niños y niñas que bendicen sus palmones. Tuve un lamentable enfrentamiento con cuatro mossos en la plaza de la Sgrda. Familia recientemente, al llamarles la atención. Circulaban con sus motos por entre la gente, motos enormes, alegando que estaban patrullando y que podían hacerlo. ¿Quién ha sido el insensato que les ha dado dicha orden?. Solo que un niño salga corriendo seria atropellado sin remisión por un gigante de dos ruedas conducido por un señor con gafas de sol y pasamontañas. Lo peor es que te tratan como a un terrorista si les recriminas educadamente lo que están haciendo. Y todavía les da mas rabia si les pides explicaciones educadamente, pues entonces les pones muy difícil el que puedan acusarte de algo delante de miles de niños.
¿Son necesarios 10 furgones de los mossos circulando delante de las carrozas de los reyes mago el 5 de enero? ¿quién ha dado esa órden?. Escuché a muchos padres gritándoles, les llamaban instigadores de un estado policial. Nunca antes había visto tantas protestas, lo reconozco. También reconozco que el sistema tiene mucho miedo y que la autoridad es el brazo ejecutor de dicho sistema. Por favor, somos muchos los que confiamos en nuestra policía, pero a menos que delante suyo a un criminal, dejen de gritar y de insultar a las personas que les preguntan o que se quejan de sus actuaciones.
Acepten las críticas constructivas y reconozcan que la placa y la pistola no les convierte en super-héroes, sino en personas que tienen que defender con dignidad el cargo que ostentan. Me ha costado mucho escribir estas líneas, pero ha llegado un momento en el que muchos decimos basta. Como periodistas, como seres humanos, como personas…por favor, no vendamos nuestra alma al diablo. Hay muchas cosas que se están haciendo y que no se pueden ni se deben hacer. Con miedo y desproporción, no llegaremos a ninguna parte. Y que sea la última vez que cuatro mossos me invitan a marcharme de una plaza que me ha visto crecer desde hace casi cuarente años. Si son incapaces de escuchar críticas constructivas, documentadas e inteligentes (modestia aparte), que se dediquen a otros nobles menesteres.
La crítica constructiva es necesaria.
Víctor Riverola i Morera
Un día de estos te atracarán a punta de navaja en ese parque y te preguntarás que donde estaba la policía para defenderte… A otros le robaran en su casa, a otras las violaran y tu seguirás con la venda en los ojos pidiendo que se limiten derechos a los policías para que tu puedas gritar más alto sin darte cuenta de todo lo que acarrea quitarle autoridad a la policía.
Estoy casi completamente de acuerdo contigo.Pero creo que estas equivocado cuando dices que la policía carga contra gente sin motivo.
Aguantan agresiones y muchas antes de la primera carga.
Lo que yo digo es que los cuerpos de seguridad el estado cumplan con su deber y hagan justicia.Ellos saben de sobra quienes son los que nos roban.
Claro que si te quejas eres un antidemocrata o un nazi.