La generación perdida
La patronal CEOE ha propuesto al Gobierno una rebaja del salario mínimo específica para jóvenes y vinculada a formación, con el que -según ha asegurado el presidente de la CEOE, Juan Rosell- se ayudará a sacar del paro al casi un millón de menores de 25 años, ignorando según parece, que para ellos será imposible abandonar el hogar familiar.
Rosell ha recordado que España presenta una de las tasas más altas de la UE de jóvenes que ni estudian ni trabajan, con unos 858.000 de los 4,1 millones de jóvenes en esta situación. «Esa problemática la sacamos con un salario mínimo trabajando equis horas, acompañado obligatoriamente de formación o aprendizaje, y ésa es por la vía que debemos ir (…) enseñando desde las empresas», ha indicado el empresario catalán, que no ha concretado una cuantía para ese hipotético salario.
Recientemente, el Gobierno y los agentes sociales publicaron un comunicado conjunto en el que, entre otras cosas, afirmaban que realizarían una «evaluación» del papel del salario mínimo interprofesional y «su evolución de cara al futuro», sin más detalles al respecto.
La propuesta ha sido recibida con fuertes criticas por los sindicatos mayoritarios y por gran parte de la sociedad según se puede comprobar en las redes sociales.
El secretario general de CC.OO., Ignacio Fernández-Toxo, ha señalado que no es partidario «de recuperar aquella antigualla franquista», según ha dicho en un encuentro con la prensa en Bruselas. Además, el representante sindical ha indicado que esta propuesta no se abordó en la reunión del martes con el presidente del Gobierno y la ministra de Empleo. «Hablamos de que en Alemania se está hablando de esto, pero nadie hizo una propuesta para España en ese sentido», ha señalado.
Los sindicatos recordaron en ese encuentro «que eso ya existía en la Dictadura» y que «este elemento de discriminación» se eliminó en la Constitución Española. Toxo también ha recordado que el Tribunal Constitucional ya dijo -sobre un caso planteado sobre Nissan- «que no era posible establecer un salario de entrada diferente al del resto de trabajadores, porque introduce elementos de discriminación seria».
«A los jóvenes no hay que colocarles, en mi opinión, en un gueto, de manera que se vaya configurando una relación tan dual que impida el progreso de la gente más joven por razones de edad y no por razones de cualificación», ha destacado.
El ridículo salario mínimo en España actualmente se “eleva” hasta los 645, 30 € mensuales, o los 9.034,20 € anuales. El gobierno lo congeló en 2012, lo subió un 0,6% en 2013 y este año lo ha vuelto a congelar.