Ingredientes para una revolución moderna
¿Qué factores comparten las revoluciones modernas? todas las revoluciones comparten un patrón de conducta.
El mundo que conocemos no es más que el resultado de las distintas revoluciones que nos han precedido, movimientos sociales que surgen para romper con lo establecido. Es muy común pensar que el pueblo no tiene nada que hacer cuando sus gobernantes no actúan como deberían, aunque la historia demuestra lo contrario. El poder siempre lo ha tenido el pueblo, y cuando éste lo ha entendido, el mundo ha cambiado.
La globalización también ha influido en la forma de entender las revoluciones. Es un hecho que, actualmente, un acto de rebeldía contra el poder no puede sobrevivir sin un eco que traspase las propias fronteras nacionales, y lo más importante, que tenga repercusión en los medios de comunicación.
A partir de la historia hemos construido un informe que tratará de establecer unos patrones comunes que comparten todas las revoluciones:
Las revoluciones y las plazas
Diferentes sociólogos coinciden en establecer una relación directa entre las plazas y las revoluciones modernas. Esto se debe a la visibilidad internacional, un pueblo abarrotando una plaza tiene más impacto visual que distintas manifestaciones recorriendo la ciudad. La plaza acaba erigiéndose como un símbolo de la revolución y como un bastión para el pueblo.
La juventud tiene la palabra
Es curioso observar cómo los estudiantes han sido los responsables de muchas de las revoluciones de la última mitad de siglo. Parece que molestar a este colectivo puede pasar una factura demasiado cara al gobierno regente. Observamos esta tendencia en revoluciones como la Plaza de las Tres Culturas en México D.F. (1968) o en la Plaza de Tian’anmen en Pekín (1989), cuando miles de estudiantes ocuparon las respectivas plazas como consecuencia de la subida de las tasas universitarias y, con ello, cambiaron el país.
Una revolución requiere un símbolo
En Buenos Aires hay una plaza que se llama: Plaza de las Madres de Mayo. El nombre se debe a que en 1977 miles de madres salieron por las calles de Buenos Aires hasta esa plaza para pedir una respuesta acerca del paradero de sus hijos. Todos desaparecieron sin dejar rastro al realizar el servicio militar durante la dictadura de Perón. Estas madres buscando justicia llevaban una tela blanca en la cabeza, simbolizando el tejido con el que hacían los pañales de sus hijos. Esa marea de madres vestidas de blanco estremeció a la prensa internacional. La mayoría de ellas consiguió respuesta, aunque por desgracia nunca fue la deseada para una madre: sus hijos ya no estaban.
Un acontecimiento trágico
Por desgracia muchas revoluciones van teñidas de sangre. Las víctimas hacen que un pueblo se vuelva más agresivo y, sobre todo, hacen que el conflicto consiga una vitrina en la prensa internacional. En 1979 cayó el Sha de Persia y nació la República Islámica de Irán. Todo empezó con una manifestación en la plaza Azadi, en Teherán. El gobierno, escogió la peor opción para disuadirla. Ordenó a los oficiales del ejército que situasen soldados en los tejados que rodeaban la plaza para después abrir fuego contra los civiles. El Sha de Persia solo consiguió una cantidad indecente de víctimas, provocando que el pueblo asistiese diariamente a esa plaza como señal de protesta. Finalmente el Sha se vio obligado a abandonar el país y murió Persia.
Redes sociales
La crisis política en Egipto de 2011, conocida internacionalmente como la Revolución Egipcia, la Revolución de los jóvenes o la Revolución blanca, fueron una serie de manifestaciones callejeras que comenzaron el martes 25 de enero de 2011 en el Cairo (el llamado Día de la Ira, en árabe) y se extendieron por todo Egipto.
Siguiendo los pasos de la Revolución tunecina, muchos conocen este acontecimiento como la Revolución 2.0. Sin la intervención de las redes sociales difícilmente hubiese alcanzado esta magnitud. La comunicación masiva de los grupos sociales fue un hecho innovador y actualmente es una herramienta imprescindible para cualquier acontecimiento de cierta transcendencia.
Podemos observar el mismo patrón en la Revolución Turca de 2013, Las protestas se iniciaron en Estambul el 28 de mayo de 2013 cuando alrededor de 50 ecologistas se manifestaron para salvar el parque Taksim Gezi, que iba a transformarse en un centro comercial. La noticia corrió como la pólvora por las redes sociales y acabó movilizando a toda la población turca.
Un héroe
A veces una imagen y un gesto son más importantes que muchos días de manifestaciones con víctimas. Esta corriente se puede observar en una de las imágenes más polémicas del S. XX. En 1989, la Plaza Tian’anmen de Pekín se convirtió en un ejemplo de lucha no solo para la propia China, sino para el mundo.
Tras muchas muertes de universitarios como consecuencia de la violencia que empleaba el gobierno contra los manifestantes, un estudiante decidió encarar solo y sin armas a todos los tanques que querían vaciar la plaza de Pekín. Los militares que conducían los tanques insistieron al chico para que se fuese aunque finalmente, tras reiteradas amenazas y la negativa continuada del estudiante, desistieron en su intento de vaciar la plaza por cuestiones morales. Los militares decidieron que no podían encarar tantos tanques contra una persona.
El estudiante de Tian’anmen demostró que un alma es más fuerte que un ejército. ¿Qué no conseguiremos 47 millones de almas?