24 ex políticos en empresas energéticas
La factura de la luz crece proporcionalmente con la entrada de ex altos cargos del gobierno en los consejos de las compañías eléctricas. Una realidad española que deja patente que existe “la puerta giratoria”.
Jose Maria Aznar, Pedro Solbes, Ángel Acebes, Felipe González… son solo algunos de los nombres de ex altos cargos políticos que trabajan en las cúpulas de las compañías energéticas. En España, no es delito que un ex político ocupe un puesto en la administración de una empresa. La ley de Incompatibilidades sólo exige que ministros y consejeros dejen pasar dos años después de cesar su actividad parlamentaria para acceder a los consejos de administración.
Esta ley no dista demasiado de las que existen en los países vecinos, pero como siempre en España, el problema viene de la “”rutina” de nuestros políticos. Las facturas de la luz no dejan de subir, pero las listas de los políticos que entran en compañías energéticas tampoco deja de engrosarse.
Como vemos en este gráfico elaborado por El Confidencial, el Partido Popular y el Partido Socialista tienen 10 y 11 representantes en los consejos de las compañías energéticas. Teniendo en cuenta que son los dos únicos partidos que han pasado por el poder, parece que la llamada “puerta giratoria” es una realidad en nuestro país. Los políticos pasan de la actividad pública a la privada como si de una tradición se tratara. Y aunque no se puede cuestionar que nadie siga trabajando después de dejar la actividad parlamentaria, en la mayoría de los casos no hay ninguna razón profesional para que el político opte al puesto.
Felipe González, ex presidente de este país y actual consejero independiente de Gas Natural, dice que dejará el puesto porque “está muy aburrido”. Nuestro querido ex presidente cobra 126.000€ por “aconsejar” a la compañía. Lo cierto es que, dejando de lado la frivolidad con la que dice que dejará un trabajo, Felipe González es un licenciado en Derecho, sin ningún master, que no sabe hablar inglés, y difícilmente hubiese llegado a ser consejero de nada si no hubiese pasado por Moncloa. Siguiendo el mismo patrón podemos ver como Aznar está en Endesa, acompañado de Elena Salgado y Pedro Solbes, Miquel Roca y Rodolfo Martín Villa y así una lista demasiado extensa donde podemos ver políticos menos populares como Teresa Ribera, anterior Secretaria de Estado del Cambio Climático que, aparte de calentar la silla en un puesto que pasó totalmente desapercibido porque es, a leguas, absurdo, fichó por Isofotón, una compañía que curiosamente se dedica a la energía solar fotovoltaica.
El Parlamento Europeo, apoyado por 8 países encabezados por Francia, Italia y Alemania pidió a la Comisión Europea que fije una cuota mínima del 30% para las energías renovables en 2030. La Asociación de Productores de Energías Renovables lamentó hace pocos días que nuestro país no se uniera a esta propuesta, un camino que, según ellos, para España debería ser “de máximo interés”.
No es una novedad que en este país no se ha hecho nada para que evolucionen las energías renovables, careciendo de subvenciones para su investigación y abandonando a su suerte a los pocos que apostaban por ella. Seguramente este no deje de ser un síntoma de un lobby energético que tiene mucha fuerza en nuestro país y que no tiene problema en untar a una clase política totalmente pervertida.